
La dignidad humana… es un término tan abstracto para much@s, pero a cada minuto, la dignidad de cada persona está en juego. La gente se olvida de respetar la dignidad de los demás seres humanos y pretenden dictarle a sus semajantes como deben comportarse y conducirse en la vida, como si a ell@s les gustaría que les dijeran como vivir. Es indignante, sobre todo en la lucha de las personas lesbianas, gay, bisexuales y transgéneros por el reconocimiento de nuestra igualdad ante la ley y por conseguir la justicia de vivir en un mundo donde finalmente seamos tratad@s como seres humanos.
Para reflexionar sobre este vital asunto, recordé el mensaje por correo electrónico de esta muchacha ponceña que me envia un comunicado de la Iglesia Católica que aduce que se puede curar la homosexualidad y que ella quiere ayudar a su amigo gay logrando que él cambie su homosexualidad. Y para colmo, me lo envía señalándome que no debo cogerla en contra de l@s católic@s. Por supuesto que no la cogeré contra la feligresia, sino contra la doctrina católica que reduce la dignidad de la gente LGBT a nada, niega nuestra existencia y pretende que vivamos en la obscuridad de la negación de nuestra identidad. No mijita, no. Lo siento, pero no. Basta ya de atentar contra mi dignidad y la dignidad de tu amigo. Si lo amas, haz como te contesté en el email:
«Voy a ser conciso pero preciso. Lamento que tu amigo pase por tan difícil situación, pero cualquier ser humano a veces encuentra situaciones similares sin importar su orientación sexual. Mi única reflexión de todo esto es muy clara, sencilla y al grano: la orientación sexual es innata, nace con el ser humano, por lo que es inmutable. Si quieres ayudar a tu amigo, en vez de querer buscar curar su homosexualidad, ámalo, si en realidad lo amas, pues el amor es absoluto, no tiene condiciones ni límites. El amor acepta, entiende, acoge, comprende, entiende que tod@s somos dignos y que merecemos respeto, pero sobre todo es amor. Si haces eso, en realidad ayudarás a tu amigo y cumplirás con tu corazón y con su corazón en amar. Saludos de un ponceño, orgulloso de su herencia leonil y de su identidad gay».
Por otro lado, recibo un email de doña Sylvia Pica, una cariñosísima y digna mujer que me pidió que no responda a los mensajes de fundamentalistas y que reproduzco de manera íntegra, pues lo encuentro valiosísimo:
«Este debate sobre el Código Civil ha sido uno muy arduo. Jamás pensé escuchar comentarios de parte de los cristianos tan tristes y dolorosos. No todos los cristianos son fundamentalistas. Lamentablemente, los que más se escuchan por la radio o vemos en la televisión son aquellos y aquellas que entienden el Evangelio desde su propia óptica y no dan espacio a otros puntos de vista. En todo este asunto, mantenga un debate de altura. No vale la pena debatir con los fundamentalistas religiosos respondiendo a sus insultos. Realmente no se comportan a la altura de lo que que se espera de un cristiano. Me da mucha pena que traten de defender a Dios -quien obviamente no necesita que lo defendamos- haciendo uso de palabras ofensivas que sonrojan la cara de cualquiera que les escuche. El Evangelio es Palabra que restaura, tranforma y acude en auxilio del necesitado. Esa es la vivencia de la fe. El fundamentalista tiene una casa de un solo piso muy débil; si se le cae, no tiene herramientas para construir otro».
A lo que añade: «La Biblia dice que la mansa respuesta aplaca el enojo. Me parecen palabras sabias. No tiene por qué responder a los insultos que le hacen los fundamentalistas. Eso les da más promoción y mantiene en el pueblo la idea errada de que todos pensamos de la misma forma. Si Jesús viniera nuevamente, probablemente le diría lo mismo que a los fariseos: «Hipócritas». Sé que sus comentarios duelen y se suele responder con enojo, pero no le dé importancia. Al fin y al cabo, no sabemos quien tiene las llaves del cielo. Probablemente, el o la que piensa que ya tiene su banquito allá arriba se sienta con la autoridad para dictar pautas. Nuestra responsabilidad no es dictar pautas, sino vivir vidas a la altura de lo que expresa el mensaje del Evangelio de Jesucristo. !Y eso es bien difícil! Siempre nos queda algún esqueleto en el ‘closet'».
Y finaliza señalando: «Para el fundamentalista es más fácil pronunciar un discurso condenatorio que admitir que la Biblia habla de perdón, Amor al prójimo, de un Dios bueno que levanta al caído, que no se llena de ira con facilidad y que es extraordinariamente bondadoso y misericordioso. Ese discurso iriente es aprendido. Probablemente la idea de un Dios castigador que anda por ahí con «binoculares» es la enseñanza que les mantiene viviendo con un control en la vida. De lo contrario, no podrían saber distinguir ‘lo bueno de lo malo'».
Doña Sylvia, gracias por compartir su sabiduría. Lo agradezco desde lo más profundo de mi ser, sobre todo por el amor que este mensaje encierra. Sólo le digo porque he contestado y contestaré algunos de estos mensajes de odio, violencia, intolerancia y homofobia. Lo haré porque lamentablemente mucha gente en Puerto Rico piensa como estas personas que me escriben. No puedo quedarme silente ante la afrenta a mi dignidad y a la dignidad de miles de lesbianas, gay, bisexuales y transgéneros.
Pues, ya basta de usar la religión para degradar la dignidad de seres humanos.
Para finalizar, los dejo con un comentario mio y la nota que le enviara la prima de Efraín, un queridísimo amigo y la media naranja de una de las parejas gay que mencioné en mi ponencia a la Legislatura ‘La igualdad es inevitable’.
QUERIDO PRIMO:
GRACIAS POR MANTENERME AL DIA Y HACERME LLEGAR TODO AQUELLO QUE ME PUEDE AYUDAR A SEGUIR CRECIENDO Y SER MEJOR PERSONA. LEO TUS MENSAJES CON GRAN AMOR, INTERES Y RESPETO.
REALMENTE EL HOMBRE EN SU PEQUENEZ, HA CONVERTIDO UNA VEZ MAS, LA RELIGION COMO INSTRUMENTO DE SUS TEMORES Y LIMITACIONES. CUANTO NOS FALTA!!!!!!!!!
Y es que hay gente aterrada… pero para que tengas otra información de utilidad, que quizás para ti es viejo pero para mi fue SORPRESA TOTAL pues aunque no lo logro siempre, por ser humano, lo intento todos los días y creeme que las pego muuuuchoooo mas de las que fallo y me escocoto.
Ayer tenia un señor trabajando en mi patio y le pedí que termináramos en el fin de semana… me dijo que no podía porque ya tenia otro compromiso. A él y a otros amigos miembros de un Club de carros le iban a pagar y habia hecho el compromiso «para participar de la protesta en contra de los Gay…»
Yo le digo cooommmooooo, él me dice seguro, una doña que es fanática de eso nos va pagar. Doñita espavílese, esto de las protestas y las marchas es un negocio… y punto seguido me dice …»yo quisiera saber cuanto le estan pagando a Tito Kayak que vive de eso».
Yo dije, Dios mio, La verdad que sigo bien inocente… abusan de la necesidad económica de algunas personas para mover sus causas… mejor dicho, entorpecer las de otros.
Tu prima que te quiere
Espero que después de leer esto, mi querid@ lector@, y luego de recoger tu quijada del suelo… te indignes tanto como yo y a cada momento, en cada lugar, a cada instante, reclamemos el respeto por la dignidad de cada ser humano y exijamos a aquell@s que usan la religión para oprimir, negar la existencia de seres humanos y atentar contra la dignidad de las demás personas que paren ya, que se detengan, que no abusen más de la fibra moral de este pueblo.
Citando mi ponencia en la Legislatura, me reitero en que las personas lesbianas, gay, bisexuales y transgéneros somos tan humanos como lo son ustedes. Somos tan dignos como lo son ustedes. Somos tan ciudadanos como lo son ustedes. Somos tan iguales como lo son ustedes. Somos tan puertorriqueños como lo son ustedes.
Respeten nuestra dignidad, respeten la dignidad de cada ser humano. Basta ya.
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