Cada vez que leo o escucho a alguien decir o escribir ‘maricón’, ‘pato’ y cualquier otra palabra degradante para referirse a la gente gay, me transporto involuntariamente al momento en que estuve a punto de perder la vida a manos de despiadados individuos que amenazaron con asesinarme.
Es inevitable recordar tan horrible momento, pues las palabras que usaron para amendrentarme y definir claramente el por qué intentaban asesinarme fueron precisamente ‘maricón’ y ‘pato’. Me gritaron «canto de pato, te vamos a limpiar el pico»… «te vamos a matar, canto de maricón». Me querían asesinar por el mero hecho de que soy gay.
Y es que así se empieza… verbalizando ese odio, que la mayoría del tiempo está adentro, pero que sale a la menor provocación cuando se ve un acto de apertura o inclusión hacia la gente gay.
Traigo todo esto a colación, pues recibí un enlace de un portal en la internet llamado letrina.net. Sí, sí… sé que el nombre lo dice todo; pero la realidad es que estos sentimientos de odio, intolerancia y hasta violencia en contra de las personas lesbianas, gay, bisexuales y transgéneros (LGBT) están tan arraigados en nuestra sociedad, que debemos continuar educando a los demás seres humanos que aún albergan estos sentimientos.
En una reciente entrada en el blog de este sitio, bajo el título de «A Rubén Sanchez se le caen los Calzones por los homosexuales«, el autor llamado Gazoo Star lanza una diatriba en contra de un programa reciente de A Calzón Quita’o donde se discutió la cuestión transexual, transgénero y transformista. El autor empieza diciendo que durante la transmisión de este programa «Rubén despejó toda duda de que es Maricon» (sin acento ni nada).
Luego, claramente el autor demuestra total ignorancia acerca del tema, que ni tan siquiera le permitió a su mente educarse mientras veía el programa para aclarar sus dudas. Su fijación era claramente cómo Rubén Sánchez podía tratar con respeto a sus invitad@s, pues este autor jamás podría entender que las personas invitadas al programa son seres humanos. Y para finalizar, el autor hace un llamado la violencia, pues dice que conseguirá a «Carlos Sánchez de Morality in Media para que le parta la cara a Rubensito y le ponga verguenza».
Para leer el resto, puedes visitar La Letrina.
Lo más preocupante tal vez son los comentarios que han dejado lector@s de dicho portal. Han escrito mensajes violentos, claramente transfóbicos y homofóbicos por demás. Los lectores utilizaron insultos como «loca de mierda», «locas sucias», «patuleco», «un maricon vestido y pintado de mujer», «freak show», «mariposon», «pato», «bugarron», «farifo». Lo más irónico de todo es que hay un comentarista que escribe: «No tengo nada en contra de este tipo de persona». A lo que le contesto… claro que no, se te nota que no tienes nada en contra de «este tipo» de persona.
Esta violencia escrita es el inicio de un peligroso viaje hacia acciones en las cuales una persona LGBT puede sufrir ataques físicos, como lo viví yo, por parte de individuos que actúan motivados por su odio y prejuicios. Estoy seguro que ningun@ de est@s individu@s que escribieron en ese foro pensarían así si tuvieran un/a herman@, un/a hij@, un padre o una madre que fuera lesbiana, gay, bisexual o transgénero fuera del clóset.
La única manera de educar a la sociedad es haciéndonos visibles, dándonos a respetar, reclamando espacios, saliendo del clóset. La única manera de cambiar actitudes es siendo valientes y exigiendo respeto por nuestra intrínseca dignidad humana. La única manera de terminar el odio es venciéndolo con amor.
Confío en que llegue el día en que yo no tenga que escuchar estos insultos que me hacen revivir los momentos en que estuve a punto de ser asesinado por ser quien soy, por ser gay. Confío en que llegue el momento en que todas las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros podamos vivir en una sociedad donde se respete y se reconozca la plenitud de nuestra identidad. Confío en que algún día, Puerto Rico sea para tod@s…