Esta mañana me desperté con este hermoso mensaje:
«Espero te encuentres bien, todos los días le pido al Señor que te llene de mucha salud para que continúes luchando por la igualdad! Yo tengo un hijo gay al cual amo con todo mi corazón y doy la vida por él. El está estudiando psicología, termina en mayo su bachillerato y es un ser humano maravilloso. Lo que siempre le he dicho es que estudie y que jamás se deje pisotear, ni avergonzar por personas sin escrúpulos!!! Yo me siento orgullosa de él y le doy gracias a Dios por el regalo que me dió!! Y para mi tú también eres mi orgullo… Dios te continúe bendiciendo!! TQMMMMMM»
Para mi sorpresa cuando llegué a casa, recibí este otro del hijo de esa madre que me expresó lo siguiente al leer lo que me había enviado su mamá:
«Todos los días le doy gracias a papito Dios por haberme dado el privilegio de ser su hijo, amigo y confidente. Acabo de ver el mensaje de Mamá y lloré de la alegría porque nunca termina de sorprenderme.
«Gracias a ti y a todas las cosas tan hermosas que has hecho por esta comunidad es que mi madre se siente más tranquila y sabe que a pesar de que no estoy exento al discrimen y prejuicios, estoy preparado para enfrentar con orgullo y la cabeza en alto a toda esa gente que nos quieren herir y hacer sentir menos que ellos.
«No me sentiría así sino fuera por ella y por gente tan valiente como tú. Que viva mi madre y todos esos valientes que contribuyen a esta hermosa comunidad. Un fuerte abrazo para ti hermano y que Dios te siga bendiciendo.»
Esta historia tiene un componente adicional y es que el padre aún no acepta la orientación sexual de su hijo por razones religiosas. A esto, el hijo me contesta:
«A pesar de todo yo sé que mi papa me ama porque lo siento cada vez que lo saludo con un abrazo y me aprieta. En la vida no todo puede ser perfecto, pero vivo agradecido de ambos, tanto mi madre como mi padre. Espero que en su momento sí me lo demuestre con palabras, pero de no suceder yo sé que con la acción me debe ser suficiente. Su abrazo siempre me llena y me da fuerzas.»
Para mí esta es la lección más hermosa de todas, que a pesar de no contar con la aceptación de su papá, este hijo lo ama incondicionalmente y entiende que no somos perfectos. Pero sobre todo que si exigimos aceptación, tenemos que aceptar también. En el camino, puede que nos encontremos, puede que no – pero tiene que prevalecer el amor.
En fin, mi esperanza es que un día este y todos los padres puedan demostrar – con palabras y acciones – ese amor incondicional a sus hij@s lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros y transexuales. El amor todo lo puede. Yo apuesto siempre al amor… ♥
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...