Se abren las filas para soldados gays
sábado, 11 de septiembre de 2010
Arys L. Rodríguez | Primera Hora
El fallo de una jueza federal que catalogó como inconstitucional la política de no permitir a las personas abiertamente gays formar parte de las Fuerzas Armadas no tiene el efecto inmediato de revertir esta práctica, pero sí es un “paso de avance” para que la comunidad LBGT logre la igualdad.
El activista Pedro Julio Serrano señaló que la decisión de la jueza Virginia A. Phillips adelanta lo que él entiende será la derogación de esta política “que nunca debió existir”.
“Yo no creo en la milicia, pero aborrezco el discrimen y entiendo que el discrimen no tiene que existir en ningún lugar”, reiteró Serrano, quien defiende que cualquier miembro de la comunidad gay que quiera formar parte de las Fuerzas Armadas tenga el mismo derecho de ingresar que los heterosexuales y sin necesidad de ocultar su orientación sexual.
Para el activista, es absurdo que se tenga que ocultar algo que forma parte de la identidad. “Nadie tiene que esconder parte de su identidad para tener un trabajo o servir en las Fuerzas Armadas. Es como que me digan que esconda que soy puertorriqueño”, declaró.
Acerca de la posibilidad de que los soldados heterosexuales “no estén preparados” para tener compañeros abiertamente homosexuales, Serrano sostuvo que “para la igualdad no hay que prepararse”.
“La gente no tiene que estar preparada para reconocer la igualdad. La igualdad es y punto, y se tiene que reconocer”, reiteró, y recordó que en la década de los 50, cuando se levantó la prohibición de los matrimonios interraciales, el 80 por ciento de la población estaba en contra, lo que no impidió que se reconociera. “La igualdad es inevitable. No hay razón alguna para negarse la igualdad”.
El ayudante general de la Guardia Nacional de Puerto Rico, Antonio J. Vicéns, afirmó que ellos acatarán lo que decida el Departamento de Defensa de Estados Unidos.
“Eso está en estudio. Estamos atemperándolo a la época moderna y está en estudio en estos momentos. Lo que decida el Departamento de Defensa, que son ellos los que establecen la política, nosotros acataremos la misma”, aseguró Vicéns al concluir la graduación de cuarto año de 167 jóvenes del programa ChalleNGe PR.
La decisión judicial que declara inconstitucional el Don’t Ask, Don’t Tell Act no tiene mayor peso, por ahora.
“Lo puede haber declarado como ha declarado un sinnúmero de otras cosas, pero hasta que la Defensa no diga ‘ésta es la ruta que debemos seguir’, nosotros tenemos que seguir con las instrucciones que tenemos”, señaló al referirse a la costumbre vigente de no preguntar por la orientación sexual. “(El tema) no se toca, ni yo puedo preguntar ni usted tiene la responsabilidad de contestar si yo le pregunto. Así es como trabaja la regla que está ahora”.
Aunque se ha planteado que si se quita la restricción habría más personas gay dispuestas a enlistarse, Vicéns indicó que “ahora mismo estamos reclutando la cantidad que tenemos que reclutar”.
“Lo único que va a salir es que aquel que está en un clóset va a salir del clóset porque antes no lo podían decir; quizás ahora lo van a decir. Ésa es la única diferencia”, expresó. “No creo que eso vaya a ser masivo, que uno vaya a decir wow, qué cantidad de gente quiere entrar ahora a la Guardia Nacional o al Ejército activo o a la Reserva. No creo que tenga efecto”, anticipó.
La jueza Phillips dijo que la política no favorece la preparación del instituto armado y en cambio tiene un “efecto directo y de deterioro” sobre las Fuerzas Armadas.
Cuando Barack Obama era senador y candidato a la presidencia de Estados Unidos votó a favor de terminar con la política de Don’t Ask, Don’t Tell. Una vez electo, mantuvo su posición pero señaló que la derogación de esa política le correspondía al Congreso. A principios de este año, respaldó un acuerdo alcanzado entre legisladores para poner fin a esta ley antes de que acabe el año. Se supone que se prepare un informe que debe ser presentado en diciembre.
La política de esta ley promulgada por Bill Clinton ha sido tan controversial que en las vistas de confirmación de Elena Kagan le increparon por haber prohibido, cuando era decana de Leyes en Harvard, que reclutadores militares entraran a la Universidad. Aunque eso no impidió que se convirtiera en la tercera mujer en una silla del Supremo, Kagan manifestó una clara posición al decir que ella intentaba proteger a la institución y su lucha contra la discriminación.
Según ha denunciado el grupo Log Cabin Republicans, más de 13,500 militares han sido expulsados de las Fuerzas Armadas estadounidenses desde que entró en vigor esta ley.
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