Quiero compartir el momento más intenso, doloroso, pero al mismo tiempo feliz y esperanzador que tuve durante este viaje.

En las vistas de ayer, sobre el proyecto de no discrimen, Wanda Rolón empezó a hablar de «los enfermos de sida» y el supuesto trabajo que ella ha hecho a favor de ellos.

Yo soy una persona que VIVE con vih, no soy un «enfermo» de nada. Todo lo contrario, soy más saludable que mucha gente, pues no tengo en mi corazón la enfermedad de la intolerancia y el odio.

En ese momento, sin yo decirle nada, mi Mamá sintió el dolor que yo sentía al escuchar ese término tan despectivo hacia quienes VIVIMOS con vih. Me echó el brazo y me dió amor – incondicional, puro, sin reparos.

Pude sentir, inmediatamente, el contraste entre el odio y el desprecio por quien se llena la boca de sus supuestos actos de compasión, pero lo que destila es puro odio e intolerancia.

Durante esa vista, tuve – tuvimos – que tolerar la intolerancia; pero ell@s jamás ni tan siquiera «toleraron» nuestra humanidad. Mi Mamá y mi Papá, sí amaron y aman mi completa humanidad – como hacen miles de personas que tienen seres querid@s que son LGBTT.

Dicen que una foto –  una imagen – vale más que mil palabras. En esa foto, yo aguantaba las ganas de llorar – no tan sólo por el amor de mi madre que lo sentí como siempre, sino por el odio que destilaban los deponentes fundamentalistas. Fue una mezcla de pena y alegría, de dolor y esperanza.

Y pues, ese momento – tal y como lo he descrito – quedó plasmado en esta foto de Juan Luis Martínez de GFR Media, pero sobre todo, quedó grabado en mi corazón. Mi gente LGBTT, no estamos sol@s… tenemos a gente que nos AMA y nos ACEPTA tal y como somos, pero sobre todo, tenemos a la historia de nuestro lado.

Esta es una foto icónica, pues representa la lucha de nuestra gente LGBTT por su igualdad.

Por un lado, Wanda Rolón odiando con su sonrisa burlona y por otro lado, mi madre amándome con estoicismo y dignidad – con mi padre al lado amándome de igual forma (en representación de miles de familias que aman a sus hij@s LGBTT).

Y es que «el amor es la fuerza más humilde, pero la más poderosa de que dispone el ser humano», según nos enseñó Gandhi.

No serán tiempos fáciles, pues nos tirarán con todo, pero con la resiliencia que nos caracteriza, con el amor que tenemos, con la esperanza que nos impulsa, no perdamos el rumbo, pues venceremos.

La igualdad es un hecho inevitable. El amor siempre vence al odio… siempre. Puerto Rico será para tod@s… ♥