Estoy sobrecogido por tanto amor. Gracias, de lo más profundo de mi ser, por la solidaridad inmensa de mi gente en este momento en el que se me ataca injusta y vilmente.

No es la primera vez y les aseguro que no será la última. Así que abróchense los cinturones, que será un viaje turbulento. No porque querramos, sino porque no hay de otra.

Cuando uno quiere hacer cambios por el bien común, uno tiene que estar preparado para enfrentar la violenta oposición de quienes se resisten a la libertad. Eso ha sido así siempre.

Si Heidi Wys me dijo «promiscuo asqueroso» porque tengo vih, se equivocó, pues me contagié en mi primera – PRIMERA – relación sexual. Y aún si lo fuera, ¿cuál es el problema? Es algo que me compete a mi, no a ella.

Si la intención fue degradarme, sepa que la única que se degradó a si misma fue ella. Si la intención fue humillarme, sepa que la única que se humilló fue ella. Si la intención fue intimidarme, sepa que la única que se intimida con su propia verdad que no quiere reconocer es ella.

A mi no me define nadie, me defino yo.

Me definen mis palabras, mis acciones, mis sentimientos y mis pensamientos. Me definen l@s amig@s y mi familia – la de sangre y la escogida. Me define mi pareja – que bastante extraordinario que es. Me definen el amor que recibo a manos llenas de mi gente.

Gracias a tanta gente por tanto amor. Como expresé anteriormente, no se combate insulto con insulto. En mis páginas, no. Agradezco la solidaridad, pero vamos a demostrar dignidad.

En fin, quiero dejar bien claro que no me amilanan los ataques, no me reducen los insultos, no me intimidan los miedos de otr@s.

Estoy y estaré aquí – de pie, firme, con dignidad, pero sobre todo con el amor de mi gente – hasta que me muera. Nada, ni nadie me apartará de la misión que escogí a mis 13 años de edad: ayudar a construir un Puerto Rico para tod@s…

Y lo lograremos… ♥