Hoy comienza un nuevo año… y con él llega una nueva oportunidad.

Una nueva oportunidad para sentir. Una nueva oportunidad para amar. Una nueva oportunidad para crecer. Una nueva oportunidad para construir. Una nueva oportunidad para aprender. Una nueva oportunidad para dar. Una nueva oportunidad para vivir.

Anoche estuve celebrando el fin de un año maravilloso en mi vida en compañía de Graziella, la persona más importante para mi en esta nueva etapa (ver foto). Grachy y yo nos divertimos de lo lindo. Tratamos de llegar a Times Square a despedir el año allí, pero no pudimos ni entrar por las miles y miles de personas que abarrotaron el lugar. Por lo menos pudimos ver el tumulto de cerca y sentir la energía de las miles de personas que aguardaban con esperanza la llegada de un nuevo año.

Nos comportamos como niñ@s… nos pusimos sombreros tontos y gafas ridículas. Brincamos, bailamos, cantamos, gritamos y corrimos por las calles de Manhattan; al igual que miles de personas que se comportaban alocadamente. Y eso que yo no bebo alcohol… por eso me mantengo menos viejo… jajaja

Luego, tuvimos nuestra última cena del año y brindamos por la amistad y por los nuevos caminos por venir.

Llegamos a casa de mi querido primo Giancarlos a despedir el año. Allí disfrutamos con un grupo de personas tan diversas como lo es la ciudad de Nueva York. Vimos bajar la bola de Times Square a través de la televisión y nos abrazamos, nos besamos y nos deseamos lo mejor al llegar las manecillas del reloj a las doce.

Ahora comienza una nueva oportunidad…

Abramósle las puertas de nuestro corazón al amor. Abramósle las ventanas de nuestra alma a la esperanza. Abramósle el camino de la vida a la felicidad.

Aprovechemos esta nueva oportunidad.

Hagamos de los próximos 365 días del año, de las próximas 52 semanas, de los próximos 525, 600 minutos, de los próximos 31,512,000 segundos… una nueva oportunidad para vivir.

Hagamos de este año… un año histórico. Hagamos de este año… el año en que logramos construir un Puerto Rico Para Tod@s.