Hace dos años, estaba sumido en la peor depresión de mi vida.
Sin trabajo, atacado inmisericordemente, prácticamente solo y sin esperanza – todo esto en el ojo público.
Esa era mi realidad. Plain and simple.
Me ha tomado dos años salir de ese hoyo, levantarme del suelo, volver a amarme a plenitud.
Muy pocas veces hablamos de la salud mental y de las angustias que provoca.
Hoy puedo hablar porque sané. La única manera de salir es echándole ganas, recibiendo amor, empatía y solidaridad, volviendo a enamorarte de ti mismo.
Doy gracias por mi gente – ustedes saben quienes son – que cuando estuve en el suelo, se tiraron conmigo al piso y me abrazaron, me consolaron, me sostuvieron.
Sin ell@s, no hubiera renacido. Sin mi, no me hubiera levantado.
Amemos a nuestra gente que sufre, sin juzgar, sin menospreciar, sin minimizar.
Si no hubiera sido por ell@s – y por mi – tal vez hoy no estaría aquí.
Pero lo estoy, y estoy de pie, con mi frente en alto y con la dicha de que sí pude – sí pudimos – sobrepasar tanto dolor y convertirlo en esperanza.
La vida es bella…
Amén!