La nefasta, absurda e incongruente decisión del juez federal Juan Pérez Giménez que rehúsa reconocer el derecho al matrimonio para parejas LGBTT en Puerto Rico será apelada y será revocada.
De eso no tengo dudas.
Es decepcionante ver cómo un juez juega con las vidas y el bienestar de las familias lideradas por parejas LGBTT.
Cientos de parejas LGBTT ya casadas y sus familias, ahora están con la incertidumbre de si su matrimonio será válido. Cientos de parejas LGBTT con planes para casarse en estos próximos días y meses ahora están con el desasosiego de no saber si podrán contraer nupcias o no.
Eso es inhumano, insensible e inmoral.
Ya la igualdad matrimonial es ley en Puerto Rico y Estados Unidos. Una decisión incongruente con los principios constitucionales de igualdad no puede ir por encima de nuestro estado de derecho y de cortes superiores a la del juez Pérez Giménez.
Que quede claro: apelaremos y venceremos.
Ciertamente, fue una vergüenza que el matrimonio igualitario fuera impuesto por el Tribunal Supremo de Estados Unidos y que no fuera aprobado por la Legislatura puertorriqueña. Es hora de resarcir esa vergüenza.
Si esta Legislatura está verdaderamente comprometida con la equidad, como aduce estarlo, tiene que completar la impostergable revisión del Código Civil con el reconocimiento pleno de la igualdad matrimonial y todos los derechos para las personas LGBTT.
De igual forma, emplazo a todos los candidatos a la gobernación a que se expresen sobre los derechos LGBTT. El País tiene que saber qué opinan Lúgaro, Bernier, Pierluisi, Bernabe, Santiago, Cidre y Rosselló sobre los derechos para las personas LGBTT.
Sin titubeos, ni aspavientos. De cara al sol. Así tienen que expresarse – quienes pretenden gobernar a nuestro País – sobre la humanidad, la dignidad y la igualdad de las personas LGBTT.
Estoy seguro que los matrimonios entre parejas LGBTT ya contraídos en Puerto Rico seguirán siendo válidos.
Pero hago un llamado a la administración de García Padilla para mantenga el estado de derecho vigente y los matrimonios sigan celebrándose en Puerto Rico para todas las parejas, irrespectivamente de su orientación sexual e identidad de género.
Aun cuando la igualdad matrimonial prevalecerá, emplazo a esta administración, entiéndase a los presidentes del Senado y la Cámara, así como al gobernador y al candidato a la gobernación por el PPD, para que se haga lo correcto.
Que reconozcan no tan sólo la igualdad matrimonial, sino todos los derechos en el Código Civil para las personas LGBTT.
Entre los derechos y protecciones que tienen que estar incluidos en el nuevo Código Civil, están el cambio en el encasillado de sexo para las personas transgéneros y transexuales en el certificado de nacimiento; así como la adopción por parejas LGBTT, entre muchos otros derechos y protecciones.
Es momento de actuar. Sólo así no quedarán dudas de que en nuestro País la igualdad para las personas LGBTT llegó para quedarse.
A Bhatia, Perelló, García Padilla y Bernier, la historia los llama. Al igual que a los demás candidatos a la gobernación. A ver si están a la altura de los tiempos.
Las personas LGBTT exigimos igualdad plena, dignidad plena, libertad plena. Ni más, ni menos.