Por Samuel Nemir Olivares
El Nuevo Día
“Nació niño, pero era niña. Era una niña encerrada en el cuerpo de un niño…”, comenzó así la escritora Tere Marichal a narrar esta tarde su cuento “Carla Feliz” a decenas de niños y adultos sentados en la Plaza La Barandilla en el Viejo San Juan.
Más de 200 personas asistieron al acto artístico en el que se leyó el controvertible cuento infantil de Marichal, el cual según ella, ha causado “tanta conmoción” por abordar el tema de una niña transgénero.
“¿Cómo es posible que un cuento de 10 líneas asuste a un pueblo entero?”, cuestionó ante la audiencia Marichal tras recibir ataques que la tildaron de “diabólica” y “pervertida”. Más aún, alegó haber recibido mensajes describiéndola como “la señal de que el fin del mundo está cerca” y que es “Satanás vestida de mujer”.
Sin embargo, el cuento propició una lluvia de reacciones positivas y muestras de apoyo de parte de familias, personas de la comunidad LGBTT (Lésbica, Gay, Bisexual, Transexual y Transgénero), así como de la alcaldesa Carmen Yulín, el activista de derechos humanos Pedro Julio Serrano, la senadora Mari Tere González y actores como Víctor Alicea y Gil René.
“Wow, pues superpoderosa. Todo el mundo vino a que en Puerto Rico la gente supiera que hay gente pensante, que hay gente feliz y que hay gente que no está dispuesta a aguantar ni tolerar cualquier tipo de prejuicio”, expresó Marichal a El Nuevo Día sobre las reacciones del público.
“Lo que vino a hacer la gente es a esto… un acto de amor. La gente vino a abrazar a Carla Feliz… Había todo tipo de persona. La gente está cansada de que te discriminen y acorralen a todos aquel que es diferente”, enfatizó la dramaturga yaucana de 57 años.
Entre sonrisas y aplausos en pie, la audiencia demostró su acogida y aceptación a la pieza literaria escrita por Marichal, creadora del personaje “María Chuzema”. Asimismo, un grupo de artistas dramatizó otra serie de cuentos relacionados a la diversidad de género, racial y cultural.
“Me fascinaron. El que más me gustó fue el de Carla Feliz porque ese es el que demuestra… si una persona tiene miedo que se siente como una nena, pues eso está bien que se demuestre”, expresó el niño Iván Lugo, de 9 años.
“Los inspiró todas las personas que tienen miedo para demostrar en verdad quiénes ellos son”, añadió Iván, acompañado por su madre Karla Marcano.
Ambos cargaban letreros en sus camisas que leían “Yo soy Iván. Iván Feliz”, mientras el de su madre “Yo también soy Karla Feliz”.
“Esto es en apoyo a todas las personas que puedan reconocerse en el cuento y puedan sentirse intimidadas”, explicó Marcano.
“Muy acertado. Hay que destapar la olla de grillos. Tenemos que dejar el discrimen y de pensar que somos distintos porque todos somos iguales. Hay un solo techo“, explicó José Jiménez, de Caguas, junto a su esposa y su hija de 10 años.
Por su parte, Darelis Flores, de San Juan, llevó a sus dos hijas, de dos y cuatro años, para que conocieran “una realidad que muchos quieren callar”.
“En el mundo existe, no hay que censurar nada, sino exponerlos para que aprendan. Mientras más se expongan a los niños a este tipo de eventos más aprenden, más saben y menos discriminan”, expresó Flores.
El matrimonio de Amado Martínez y Evimar Santiago se describe como “activistas de libertad sexual” y llevaron a su hijo, de 17 meses, no tan solo a este evento, sino también a la Parada de Orgullo Gay.
“Si él puede ver todo el espectro de posiblidades va a tener una libertad que quizás nosotros nunca tuvimos. Sentirse en la capacidad de decidir libremente; esa yo creo que es la riqueza de la exposición a estas actividades”, explicó Martínez.
Mientras, para Sylmarie González exponer a su hija a este evento representa “una manera correcta de criar” y representa “darle a Puerto Rico un futuro en donde estas personas puedan ser completamente parte y se celebren y no sea un tabú y se vea malo”.
“Cuento corto, profundo y de gran mensaje. Impacta”, describió Edna Rivera, una de las fundadoras de la organizacíon de ayuda a jóvenes homosexuales rechazados, Hope, Love, Freedom.
Al activista Pedro Julio Serrano, el cuento le pareció “extraordinario” y un gran gesto “de amor y respeto”. No obstante, explicó que solo se manifestó en contra de la actividad un hombre, quien “gritó epítetos” y palabras como “depravados”. Sin embargo, el hombre, una persona sin hogar y con problemas de salud mental, fue removido de inmediato.
“La reacción del público lo dijo todo. Contrario a lo que unos pocos intolerantes nos quieren hacer ver… Puerto Rico está listo para aceptar, celebrar y respetar la diversidad”, manifestó Serrano.
Representación política
Sentada entre el público, la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, disfrutó de la actividad.
“Esto es un ejercicio de amor, aceptación y respeto a la diferencia, que ayuda a nuestra sociedad a eliminar uno de esos conflictos que nosotros queremos que nuestros hijos hereden. Los niños nacen sin prejuicios, somos nosotros los que los enseñamos”.
Explicó, además, que Marichal ha sido “valiente y ha enfrentado con respeto los ataques que ha recibido esta semana”.
La líder municipal confesó que una década atrás su pensamiento con relación a la equidad era distinto. Por esto, entiende que existe “la posibilidad de que todo el mundo camine ese sendero de amor, aceptación y respeto a la diferencia”.
“Carla Feliz” también conmovió e hizo llorar a la senadora Mari Tere González.
“Puerto Rico está en una transición. Hay que acercar a las personas de todo tipo a que promuevan este mensaje y esta bandera de aceptación y amor”, expresó la legisladora.
Esta actividad le hizo ver que aunque aún existe mucho discrimen y abuso “hay una gran oportunidad para superar muchos de los los escollos y obstáculos que tenemos para salir hacia adelante”.
“Yo sueño con ese día y será en un futuro cercano”, conluyó la legisladora.