Por Israel Rodríguez Sánchez
El Nuevo Día
Para el activista de derechos humanos Pedro Julio Serrano, si este sector religioso accedió a pedir perdón “es porque saben que no solamente han lastimado, violentado y lacerado la dignidad y la integridad humana de miles de personas LGBTT de nuestras familias y amigos, sino, peor aún, la integridad y dignidad individual y colectiva de nuestra patria”.
“Ellos se acaban de desnudar ante el país como los intolerantes que son”, expresó Serrano, portavoz de la organización Puerto Rico para Tod@s y activista gay.
Serrano sostuvo que ‘‘la posición de la Iglesia se afirma en el púlpito y en la intimidad de cada persona. Esa posición de la Iglesia no se afirma en los tribunales, ni se afirma en el Capitolio, ni se afirma en nuestras leyes”.
En ese contexto, sostuvo que los derechos humanos no se someten al voto popular porque la democracia está hecha para proteger a las minorías del posible abuso de la mayoría. “Esos intentos se derrotaron dos veces en la Legislatura cuando se derrotó la resolución 99 y la resolución 107. El mismo gobernador dijo que esas enmiendas constitucionales no son necesarias”, expresó Serrano.
Las resoluciones 99 y 107 buscaron sin éxito elevar el matrimonio heterosexual a rango constitucional. Sin embargo, fueron frenadas en dos ocasiones en la Cámara de Representantes.
“Lo que se tiene que afirmar por parte del Estado es la igualdad ante la ley de todo ser humano, sin excepción. Aquí hemos llegado al colmo de la insolencia”, manifestó Serrano, sin ocultar su molestia con la carta de los religiosos.
ACTUALIZACION DE PEDRO JULIO:
Decepcionado.
Acabo de hablar por teléfono con uno de los líderes religiosos que ayer nos pidió «perdón» a las personas LGBTT.
Le pregunté cuál es el propósito de enmienda para realmente poder reconocer esas disculpas como sinceras.
Me dijo que no retrocederán en su oposición a nuestra humanidad, integridad y dignidad. Que nosotr@s no exigimos «derechos», sino privilegios.
Le conté de las decenas de mensajes de odio, que gente escudada en la Biblia y en Dios, me envían a diario.
Le leí textualmente este mensaje:
«Pedro Julio, tienes cáncer y sida por seguir difamando la palabra de Dios. Yo en esa situación preferiría la misma muerte. #asco»
Su contestación: «ese es un mensaje nada más y nosotros no podemos controlar eso. Además, ustedes nos atacan».
Le pedí UN solo ejemplo de un ataque nuestro. Titubeó, cambió la conversación, gagueó. Cuando insistí, me dijo que el senador Ramón Luis Nieves había «atacado» a unos pastores que depusieron con las noticias de pastores pedófilos.
Le dije: «esos son hechos reales, que sucedieron de pastores heterosexuales criminales que abusaron sexualmente de niñ@s. Eso no es un ataque, es la pura realidad. El senador sólo expuso su hipocresía de querer vincular a las personas LGBTT cuando el 98% de los pedófilos son heterosexuales».
En fin, me pidió dialogar en persona luego. Le dije que sí, pero con esta única condición: ese diálogo tiene que partir del respeto – del reconocimiento a nuestra dignidad humana.
Yo reconozco la humanidad de l@s fundamentalistas. Es hora de que ell@s reconozcan la nuestra.
Si no se reconoce nuestra humanidad, nuestra dignidad – no hay diálogo que valga. Punto.