Tras leer la historia de una mujer lesbiana que es sobreviviente de violencia doméstica, quiero compartir la mía – pues demuestran la necesidad de aprobar la medida para proteger a todas las personas.
Durante las vistas legislativas del Proyecto de la Cámara 488 de Luis Vega Ramos, lo expresé públicamente por primera vez y ahora lo comparto con ustedes.
Durante mi primera relación, sufrí maltrato verbal, emocional, psicológico y en última instancia, físico. Mi pareja me ofendía, vejaba, minimizaba, humillaba, me manipulaba.
Al principio no pude entender que era maltrato, pero empecé a trabajar en la Comisión de Asuntos de la Mujer y me eduqué sobre la violencia doméstica.
Aún así, no fue hasta el día que me golpeó que pude ponerle un detente a esta violencia doméstica. Un día, por celos infundados, me dió una pela. No me defendí, sólo le pedí que recogiera sus cosas. El insistía en mantener la relación, aún después de su maltrato y hasta de su petición de perdón, pero yo ya había decidido seguir mi camino – libre de violencia.
En aquel entonces, si hubiera querido ir a la Policía y a los Tribunales para buscar ayuda, no existían los mecanismos – igual que ahora.
Esto, no es justicia, mi gente y por eso es que se tiene que aprobar el Proyecto de la Cámara 488 – para que todas las personas estén protegidas de la violencia doméstica y puedan tener los mecanismos necesarios para buscar ayuda.
Es cuestión de humanidad, de seguridad, de bienestar. Es cuestión de vida o muerte. Es cuestión de que tod@s tenemos que tener los mismos derechos – ni más, ni menos.