Es hora ya…

Han pasado dos semanas desde las elecciones y tengo que confesarlo: lloré. Sí, lloré de la emoción al ver como Barack Obama se convertía en el primer afro-americano en lograr la presidencia estadounidense. Y lloré de dolor al ver como la intolerancia continuaba viva tanto en las medidas discriminatorias que ponían los derechos de las minorías sexuales ante el claro abuso de la mayoría en Arizona, Arkansas, California y Florida, así como en la elección de un candidato a gobernador en Puerto Rico que prometió revivir la nefasta Resolución 99, una medida similar a las aprobadas en estos cuatro estados.

Los días que siguieron fueron momentos de gran reflexión, introspección y resiliencia. Las comunidades lésbica, gay, bisexual y transgénero (LGBT) sabemos lo que es estar en desventaja, y sabemos lo que es luchar, sobrevivir y triunfar ante la adversidad. Lo hacemos a diario. Por lo que lloré por tercera vez, pero esta vez lleno de esperanza.

Mi corazón se despertó al recibir cientos de mensajes (que aún estoy contestando), llamadas y abrazos agradeciendo el trabajo realizado. Mi espíritu se reanimó al ver como el llamado de invitar a personas para que se unieran al grupo en Facebook de Puerto Rico Para Tod@s fue escuchado y en par de días, se triplicó el número de miembros. Mi alma se hinchó al ser parte de un grupo amplio de integrantes y organizaciones que defienden los derechos de las comunidades LGBT que hizo una defensa de la dignidad de nuestras comunidades a días de las elecciones. Mi esperanza se afianzó al notar que este esfuerzo unitario fue sólo el principio del despertar de la conciencia de nuestra gente.

Por ser residente del municipio #79 de Puerto Rico, la ciudad de Nueva York, pude también ser partícipe de lo que ya se considera la segunda revolución de Stonewall. Por los pasados años, estuve colaborando — por trabajar para el National Gay and Lesbian Task Force — con los esfuerzos para derrotar la Proposición 8 en California. Sí, la Resolución 99 californiana, lo único que esta se convirtió desafortunadamente en la medida que por primera vez le quitó derechos adquiridos a una clase en los Estados Unidos. La indignación no se hizo esperar y miles de personas, que creemos en la igualdad y la justicia, nos hemos tirado a las calles, así como nos hemos organizado para denunciar la última acción intolerante e injusta en un país que se jacta de ser el ejemplo de la libertad.

El 15 de noviembre, mi novio Steven y yo, participamos junto a miles de personas en una protesta en la alcaldía de Nueva York. Ese mismo día, en más de 300 ciudades a través del país, miles y miles — posiblemente más de un millón de personas — reclamaron la igualdad para las parejas del mismo sexo y un detente a la homofobia que motiva a tales actos anti-democráticos de exponer nuestros derechos al voto popular.

Lamentablemente, en Puerto Rico, estamos vigilantes ante la posibilidad de que el gobernador electo haga algo muy similar a lo que hicieron en California — quitar un derecho adquirido.

Hace unos días se implantó una Orden Ejecutiva que prohíbe la discriminación por orientación sexual e identidad de género en el empleo público, así como otorga el beneficio de plan médico a las parejas de hecho, tanto heterosexuales como del mismo sexo, de los servidores públicos. Aún cuando se comprobó que no le cuesta un centavo al País, el gobernador electo Luis Fortuño ha dicho que posiblemente derogará la orden, incumpliendo de entrada con su promesa de campaña de prohibir la discriminación por orientación sexual en el empleo con el efecto de reabrir la puerta al discrimen en el empleo público.

Y yo espero que nuestras comunidades LGBT, así como toda aquella persona que crea en la igualdad y la justicia, digamos que ya está bueno. Basta ya de usar a las comunidades LGBT como chivos expiatorios para ganancia política. Nosotr@s, las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros, somos tan parte de Puerto Rico como lo son l@s heterosexuales. Somos tan human@s como lo son ustedes, somos tan dign@s como lo son ustedes, somos tan ciudadan@s como lo son ustedes, somos tan puertorriqueñ@s como lo son ustedes.

En Puerto Rico Para Tod@s ya estamos organizándonos para la batalla, así que invita a todas tus amistades, a tus familiares para que se unan a nuestro grupo en Facebook. Es hora de levantarnos, es hora de una revolución pacífica, es hora de exigir lo que por derecho nos corresponde: la igualdad. Saquemos fuerzas desde lo más profundo de nuestro interior para decir: basta ya, merecemos trato igual — ni más, ni menos.

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