
Por Alex Figueroa | El Nuevo Día
La juez Yazdel Ramos no encontró causa para juicio contra Pedro Julio Serrano por la denuncia de violencia doméstica en su contra presentada por su expareja.
Ramos anunció su decisión hoy en sala después de leer la prueba documental sometida por las partes, una vez terminó el desfile de testigos, y de escuchar los argumentos de la fiscal y con abogada de la defensa.
La abogada de la defensa, Sylvia Juarbe argumentó que “este es un caso de despecho”.
“Si Pedro Julio no hubiese terminado la relación, jamás hubiera venido este caso a su señoría (juez)”, sostuvo Juarbe, quien enfatizó en la prueba que presentó aludiendo a una actitud agresiva de parte del querellante hacia Serrano.
Dijo que la expareja de Serrano “pensaba que lo iban a acusar a él y por eso estamos aquí”.
Como testigos de la fiscalía, además de la expareja de Serrano, en la vista preliminar también declaró la madre del querellante.
También se había juramentado para que declarara la agente policiaca que investigó la denuncia, pero antes de la vista de hoy la fiscal adelantó que no la sentará en la silla de testigos.
“No, para esta etapa no”, dijo Vázquez cuando se le preguntó si la agente investigadora testificará.
En la vista de hoy, Juarbe llamó a dos testigos de la defensa. La primera fue una vecina de Serrano, quien se identificó en sala como Brenda Ramos. Relató que en la tarde del 17 de mayo escuchó ruidos en el apartamento de arriba al suyo, donde vive Serrano.
Dijo que oyó un “ruido fuerte” que “retumbaba” su apartamento. “Era como si estuvieran tirando cosas”, describió.
También dijo que escuchó un ruido como de vidrios cayendo al suelo, además de un grito, aunque no pudo identificar qué se decía ni de quién era la voz.
Ramos dijo que salió al balcón a ver si podía escuchar algo más, pero no pudo captar lo que se decía.
A preguntas de la abogada, Ramos dijo que instantes después tuvo un intercambio de mensajes con Serrano por WhatsApp. Según los mensajes que leyó, Serrano le indicó que “mi novio está alterado”. Le añadió que “está tirando cosas”.
Serrano le dijo que se había “encerrado en el cuarto” y que estaba “preocupado”. Ramos le preguntó si quería que llamara a la Policía, pero Serrano le dijo que “aun no”.
Ella le escribió que oía a la entonces pareja de Serrano caminar por el apartamento y que luego lo escuchó como si estuviera “recogiendo”.
Después de otros intercambios de mensajes, Serrano le indica que su pareja «estaba más tranquilo», que había tenido una sesión de telemedicina con una psiquiatra y que al otro día iría a la oficina de la profesional en salud mental.
La segunda testigo de la defensa hoy fue una corredora de bienes raíces, identificada como Marian Hidalgo, amiga de Serrano.
Hidalgo estuvo con ambos el 2 de julio, en la tarde, para mostrarles una casa en una urbanización de Guaynabo, porque le habían pedido ayuda para identificar la residencia que iban a comprar, pues tenían planes de casarse en diciembre.
Pero, según Hidalgo, cuando llegó a los predios de la casa, ya Serrano estaba allí y cuando ella se estacionó entró a su carro.
La testigo dijo que en ese momento Serrano le explicó que iba a terminar la relación con su entonces pareja porque “no se sentía seguro y que tenía temor por su vida”.
Dijo que Serrano estaba “nervioso y temblando” cuando le informó de su decisión y que había elaborado un plan para anunciarle su decisión a su entonces pareja.
“La manera (del plan) era que le mostrara la propiedad y luego, al salir, que yo me quedara en el carro velando, marcando el 9-1-1 por si tenía que usarlo”, relató Hidalgo, quien añadió que Serrano también había coordinado para que su hermano estuviera en su apartamento para cuando el querellante fuera a buscar sus pertenencias.
Hildalgo indicó que así se hizo y que observó desde su vehículo cuando Serrano hablaba con el querellante, quien “gritó”, gesticuló, “caminó en círculos” y en un momento intentó abrir la puerta del carro de Serrano, quien trató de calmarlo.
Acto seguido, el querellante se marchó del lugar “a las millas, bien rápido, como chillando goma”.
En la pasada vista, durante el contrainterrogatorio del querellante, la defensa de Serrano levantó dudas sobre su testimonio. A través de sus preguntas, la defensa proyectó que la denuncia de violencia doméstica surgió después de que Serrano decidió terminar la relación y le radicó una querella primero.