«Canto ‘e pato, maricón, vete de aquí», fueron los gritos que escuché la primera vez que marché en la Parada Puertorriqueña de Nueva York – hace unos años atrás.
Hasta botellas me tiraron. Todo porque iba con una bandera gay y otra puertorriqueña a su lado. Y algunos porque me reconocieron por mi lucha.
Este año, no tan sólo se le dedicará la Parada a la lucha por la igualdad LGBTT, sino que seré uno de los homenajeados por el National Puerto Rican Day Parade.
El título de mi premio: Orgullo Puertorriqueño.
En junio 12, volveré a esa misma parada donde la homofobia reinaba y plantaré bandera como hombre orgullosamente gay y boricua de pura cepa.
Este logro histórico demuestra cuánto hemos avanzado y cuánto nos falta por lograr la completa, absoluta y plena igualdad LGBTT. La lucha sigue…