Esta madrugada al casi salir de la barra «The 12th Penny Saloon» en Pennsylvania, nos encontramos con Ken.
Le hablé un rato. Es un hombre cincuentón, vive solo y de hecho, siempre va todos los sábados a la barra y se sienta en la misma silla. Se toma sus cervezas y da un viaje de 55 minutos de regreso a su casa cuando cierra la barra a las 2 de la madrugada.
Nos fuimos a desayunar a «Waffle House», que está a pasos de la barra. Al pedir la cuenta, la mesera nos dijo que «el señor ya pagó su cuenta». Le pregunto «qué señor» y me dice «ese que está allí». Cuando miro, era Ken.
Voy donde él y le agradezco su generoso y hermoso gesto de pagarnos la cuenta y me dice: «en todos los años que llevo viniendo a la barra, nunca nadie me había hablado hasta que llegaste tú y luego tu amigo coqueteó conmigo. Me hicieron sentir especial, pues tuve que hacer algo especial. Nunca olvidaré esta noche».
Y nosotros tampoco te olvidaremos, Ken. Tod@s somos valios@s. Que nunca se nos olvide eso… tod@s!