Esta mañana me puse una camisa vibrante, llena de colores y flores.
Saliendo del tren, una viejita que había viajado en el mismo vagón que yo, se me acerca y me dice en español: «tengo un nieto así».
Le pregunto: «así?» Me dice: «sí, tu sabes, como tú». Me echo a reir y le pregunto: «quiere decir gay?» Y me dice abochornada: «sí, es que no me gusta usar la palabra».
Le digo: «úsela sin miedo que yo vivo sin miedo de ser quien soy».
Se sonríe y me dice: «mi nieto tampoco tiene miedo, pero yo sí porque la gente a veces es mala. Yo lo amo mucho y oro por él todo el tiempo. Qué Dios me lo proteja y a ti también».
Me despido con un abrazo a doña Inés, agradeciéndole su amor por su nieto y por la humanidad.
La esperanza vive, el amor siempre vence…