Por Gerardo Cordero | El Nuevo Día
El clamor por la liberación del preso político Oscar López Rivera unió este miércoles en la tarde en una misma celda al activista de los derechos de la comunidad lésbica, gay, bisexual, transgénero y transexual (LGBTT), Pedro Julio Serrano, y al doctor César Vázquez, quien combatió los proyectos de ley sobre protecciones a ese sector de la población.
Durante 15 minutos, Vázquez y Serrano Burgos compartieron la estrecha celda que es réplica de la que ha ocupado durante 32 años en una prisión federal y se les observó conversar armoniosamente en el Viejo San Juan.
«Lo disfruté. Es la primera vez que lo conozco personalmente y la realidad es que cuando uno conoce a la gente personal es más difícil antagonizar. Se puede antagonizar en términos de posiciones, pero el conocimiento personal disminuye la hostilidad hacia la persona», comentó Vázquez minutos después de salir de la celda ubicada frente a la alcaldía capitalina.
«El (Pedro Julio) es un individuo que se expresa muy bien y que es amable», sostuvo Vázquez ante su primera impresión cara a cara con el líder gay. El activista religioso explicó que en la celda no conversaron de sus marcadas diferencias porque «este no era el momento».
«Parto de la premisa de que todos los seres humanos tenemos una dignidad fundamental que no depende ni de lo que creemos, ni de lo que hacemos, depende de que todos llevamos la imagen de Dios en nosotros…Si esta lucha nos va a unir, vamos a utilizar bien el tiempo, ya tendremos otros foros», concluyó Vázquez.
Serrano Burgos, por su parte, dijo que «no sabía que iba a ser tan emotivo (estar en la celda) y mucho menos sabía que iba a compartir celda con el doctor César Vázquez. Luego de la lucha que acabamos de tener en la Legislatura es extraordinario coincidir aun en nuestras diferencias».
«Conocí un lado humano que no conocía de César que me hace reafirmar ese pensamiento que he tenido que es que todos somos humanos y esa dignidad humana va por encima de cualquier diferencia que podamos tener», subrayó Serrano Burgos.
Sobre el confinado puertorriqueño en los Estados Unidos, Vázquez comentó que «a un hombre de 70 años que no ha cometido un delito violento y que no es un peligro para la sociedad es una injusticia mantenerlo preso».
«El (López Rivera) tiene el derecho de volver a su tierra, ver a sus nietos y ver a Pepino (San Sebastián) de donde somos ambos y que el día que sus ojos se cierren que el último cielo que vea sea el de este país», insistió el galeno.
El activista de la comunidad LGBTT, por su parte, dijo que apoya la liberación de López Rivera porque «ha estado demasiado tiempo preso y no debió haber sido encarcelado nunca porque cuando uno defiende la libertad de la patria eso no conlleva encarcelamiento alguno».
Proclamó ser independentista, hombre gay y puertorriqueño enérgico que trajo «todas mis identidades» al momento histórico del encarcelamiento simbólico porque surge ante una «convergencia del pueblo que trasciende todas las diferencias”.
Solidaridad por Oscar logra abrazo entre Pedro Julio y César Vázquez
Por Laura Quintero
Noticel
A sólo días de que los escenarios del Capitolio y la Fortaleza fueran protagonistas de una controversia entre el sector religioso y los defensores de la comunidad LGBTT, el activista Pedro Julio Serrano y el reverendo César Vázquez compartieron en una misma celda y se fundieron en un “prolongado” abrazo al unir su voz por la liberación del preso político, Oscar López Rivera.
Serrano, el activista por los derechos de la comunidad LGBTT, no pensó que tan pronto como el miércoles, mismo día en que el gobernador firmó los proyectos 238 y 488, tendría un encuentro cercano con el defensor de la familia tradicional y organizador de la marcha «Puerto Rico por la familia”.
“Me avisaron cuando yo llegue allí que iba a compartir celda con él y obviamente, dije que sí porque aunque tenemos diferencias que parecen insalvables, podemos entender que todos somos humanos”, confirmó Serrano.
El activista contó que en los 15 minutos que estuvieron en la misma celda, hablaron de la dignidad humana, de la importancia del respeto y de sus respectivas familias. Luego, culminaron la jornada con un «prolongado» abrazo.
“Se dio un encuentro cara a cara que nunca se había dado y eso es positivo. Fueron 15 minutos para reconocer mi humanidad en cuanto a la lucha que yo llevo por los derechos de la comunidad LGBTT y yo reconocer su humanidad como opositor», comentó Serrano.
El líder de la comunidad LGBTT descartó que existan rencores entre ambos grupos y, al contrario, piensa que este puede ser el comienzo para más y mejores conversaciones.
«El luchar por la libertad de un ser humano puede ayudarnos a entender la libertad por la que luchamos todos los seres humanos. Fue (un diálogo) transformacional», puntualizó.