Por estar recibiendo el Premio Voz de Compromiso Dennis DeLeon de la Comisión Latina Sobre el Sida en la ciudad de Nueva York, no pude estar presente físicamente en la Marcha del Día Internacional Contra la Homofobia en Puerto Rico. Pero quienes mejores que mis padres y mis hermanos para que me representaran y a su vez a miles de familias que aman a sus hij@s LGBTT? Si consigo un vídeo del mensaje completo tanto de Mami y Papi, se los presento, pero por ahora, he aquí el mensaje de Mami, Alicia Burgos:
Buenas tardes a todas y todos. Hoy estamos felices por la aprobación del Proyecto 238 en el Senado de Puerto Rico. No es el tema que nos asignaron pero deseo un momento para expresar lo que sentimos muchas y muchos. Gracias a esos valientes. Gracias por hacer lo justo. Gracias por encaminar a esta lucha de tantos años. Sí, a encaminarla, pues yo comparo esto a un bebe que comienza a gatear para luego caminar y por último a correr. Estamos gateando, nos falta la Cámara de Representantes para caminar y la firma del Gobernador para poder correr. Así que la lucha continúa. Esta lucha que para mi es una inconcebible e injustificable en pleno siglo 21 pero necesaria e impostergable.
Hay una persona que no está hoy con nosotros, no porque no desee estar, es que sigue logrando reconocimientos no para él sino para todos nosotros. Esa persona ha sido insultada, vejada, burlada, perseguida y muchas otras cosas más. Esa persona es Pedro Julio Serrano y yo soy su orgullosa madre.
Mi familia la cual esta aquí la compone mi esposo Héctor Mújica y mis hijos Waldemar, Pedro Julio, Hector Antonio y Antonio Gabriel y tres nietos. Es para muchos una familia tradicional pues es mamá, papá e hijos. Señores no es ésta sólo la familia tradicional, porque la familia tradicional es aquella donde dos personas se aman y deciden compartir sus vidas en las buenas y en las malas. Mujer con mujer, hombre con hombre, mujer con hombre.
Ah, pero nuestra realidad puertorriqueña incluye otras familias tradicionales , mamás con sus hijos, papás con sus hijos, abuelos con sus nietos, tías con sus sobrinos, hermanos mayores con sus hermanos menores y no se olviden de las madres adoptivas, las madres que utilizan la ciencia para lograrlo y en todas – en todas – esas familias existe mucho amor, en las buenas y en las malas.
Mi familia tradicional es una donde siempre Dios está presente. El Dios que me enseñó primero mis padres (casados por 53 años), luego las monjas de la academia, luego los profesores de la universidad católica y en ese transcurrir los curas domingo tras domingo. Y eso se lo enseñé a mis hijos. Ese Dios siempre pero siempre fue y es amor. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Aquí en Puerto Rico parece que hay personas que no pueden amar al prójimo porque no se aman a si mismos.
Ese Dios que yo conozco no juzga, no condena, nos da libre albedrío y sólo nosotros, cada uno es responsable de enfrentarse a El. Dios es amor y Dios no puede condenar al amor. Además que sucede con esos seres humanos alrededor del mundo que tiene otra manera de vivir: matan a las mujeres adúlteras, pero claro a los hombres no; las familias se componen de papá y muchas mamás con muchos más hijos, pues mientras papá pueda mantenerlos puede tener tantas mamas e hijos como dinero; y así podría traerle una variedad sinfín de familias tradicionales. Estas están pecando? Dios los condena? No entrarán al reino de los cielos, para los que creen en el reino de los cielos? Solo los que creen como ellos están salvos? El resto del mundo no? Les dejo esas preguntas. Pero les aseguro que Dios, Ala, Jehova, Budda, el ser que queramos creer en todas las religiones Dios es amor es el ser humano el que lo mal interpreta.
Hoy escuché en el programa de Rubén Sánchez al Padre Carlos quejarse que abrieron una página en las redes sociales en contra de él. Ay bendito! Si fuera por eso, mi hijo ya hubiese dejado esta lucha de justicia y amor. Ya nuestra familia estuviese en siquiatría, pero estamos aquí para decirles que la familia somos todos tengamos o no pareja, tengamos o no hijos. Todos somos todos hasta los que nos critican, se burlan de nosotros, nos humillan y no nos valoran como seres humanos. Vamos a demostrar que nuestra lucha es por y para el amor al prójimo como a nosotros mismos. Enseñemos el amor que otros predican pero no practican. Nosotros predicamos amor, equidad, justicia, y la vamos a practicar.
Hoy marchamos contra la homofobia y a favor de la equidad. Marchamos por nosotros, por todos. Marchamos, increíblemente, marchamos en el siglo 21 donde tenemos al mundo en un teclado a través de redes tecnológicas, para exigir tristemente igualdad pero gracias al histórico dia de ayer en el Senado, hoy marchamos felices, pero sin bajar el ritmo de la lucha. La lucha por la igualdad, equidad y justicia esta gateando tenemos que seguir para andar y luego correr. Correr al mismo paso que los que nos discriminan y correremos con ellos respetándolos y amándalos. Nosotros si amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Los amo.