Un día como hoy, hace casi dos décadas atrás, abandoné mis estudios universitarios.
En aquel entonces, me habían diagnosticado ser vih+ y no sabía aún cómo lidiar con ese intruso en mi vida.
Al pasar los años, intenté regresar, pero la universidad de la vida era más necesaria para mi. Eso sí, he tenido que esforzarme el doble por no tener un título universitario, pero he podido demostrar que tengo lo necesario para ser un profesional exitoso.
En mi caso, lo que en aquel entonces era una enfermedad terminal, se convirtió en inspiración de lucha. Me dediqué a vencerla y a vencer en la vida.
Hoy, aunque hubiese querido terminar mis estudios universitarios, siento que me he graduado de la Universidad de la Vida con honores…
En mi vida, el refrán «no hay mal que por bien no venga» se convirtió en realidad.
Pa’lante, siempre, mi gente… ♥