En el pasado cuatrienio, las únicas dos veces que fui al Capitolio fue para llevar a dos delegaciones – una de líderes políticos de Nueva York y otra de líderes religiosos de EEUU – para alzar nuestras voces en contra de los crímenes de odio.
En una de las visitas, trataron de humillar a nuestros invitad@s al ni dejarlos estacionar y sacándonos del Capitolio para otro edificio. Pero hicimos la conferencia de prensa y nuestras voces se oyeron fuertes, firmes y valientes.
No pudieron quebrantar nuestro espíritu, ni acallar nuestro mensaje.
La segunda visita, nos quitaron los salones para ofrecer nuestras declaraciones, pero Héctor Ferrer – entonces portavoz de la minoría en la Cámara de Representantes – nos acogió en su pequeña oficina en el edificio del anexo del Capitolio.
No pudieron quebrantar nuestro espíritu, ni acallar nuestro mensaje.
Hoy, participaré, tal y como lo hice con el Gobernador, Alejandro García Padilla, en las tomas de posesión del Senado y de la Alcaldesa de San Juan.
Entraré al Capitolio, como invitado, no como alguien que fue echado fuera. Entraré, como hice antes cuando trataron de quebrarnos, con el mismo ímpetu y amor, pero siendo tomado en cuenta como parte de la amalgama de identidades de nuestro País. Entraré junto a la esperanza de mi gente para construir un Puerto Rico para tod@s.
Entraré, además, con dos proyectos de ley ya radicados a favor de los derechos de la comunidad LGBTT y la sesión aún no ha empezado…
Como si eso fuera poco, por la tarde llegaré al nuevo San Juan.
En el pasado cuatrienio, la homofobia era una de las estrategias de campaña – en todas sus campañas – del alcalde saliente. Además, nunca se prohibió el discrimen hacia la comunidad LGBTT oficialmente y tampoco se le dieron derechos a los empleados municipales. Y cuando llegó al final a demostrar «una madurez», ya era muy tarde pues nuestra gente no olvida el abuso.
En un marcado y maravilloso contraste, Carmen Yulín no tan sólo nos tomó en cuenta en su campaña, sino que fuimos parte integral de la ella. Además, sus propuestas y la firma de un acuerdo con nuestra comunidad LGBTT simbolizaron una nueva era en la política puertorriqueña.
Carmen Yulín demostró que la solidaridad no se predica, se practica. Hoy, estaré allí – en tarima – al lado de nuestra alcaldesa de nuestra ciudad capital para no dejarla sola y ayudarla a construir, tal y como expresó ayer en la misa inaugural de su toma de posesión: que ella “va a gobernar y la ciudad capital será un lugar que no importe a quién ames o cómo ames, será una ciudad para todos y todas”.
La esperanza de un Puerto Rico para tod@s ya no es solamente una esperanza… se está convirtiendo en una realidad… ♥
Por haber recién llegado a mi tierra natal, PP, no conozco lo que pasa políticamente en la isla pero me interesa mucho. Gracias por tan buen artículo, comparto tus convicciones.