Llegando a mi apartamento, me encuentro con una pareja de lesbianas agarradas de la mano. Les sigue muy de cerca un niño de lo más jovial.
Me sonrío de oreja a oreja.
Una de ellas, a la defensiva, me pregunta: ¿qué pasó?
Le contesto: sonrío por el amor – que me da orgullo verlo en público, sin miedo, libremente. Y si ése es su hijo, aún más orgullo siento de que le demuestren que el amor es amor es amor.
Se pasma y me dice: sí, llevamos 8 años juntas y nunca un desconocido nos había dicho algo positivo sobre cogernos las manos en la calle.
Le digo: siempre hay una primera vez y sigan demostrando su amor para que no sea la última… ♥