Pedro Julio Serrano
OPINION – 5/28/08
El Diario/La Prensa
“Debido a la sustancia y significado del fundamental derecho constitucional de formar una relación familiar, la Constitución Californiana debe interpretarse para garantizar este derecho básico: el matrimonio. Ya sean gays o heterosexuales, y a las parejas del mismo sexo así como a las parejas de sexos opuestos”.
Este fragmento encapsula el valor fundamental presentado por la Corte Suprema de California en su decisión que garantiza plenos derechos matrimoniales a las parejas del mismo sexo en ese estado.
Segundos después que se diera a conocer este mandato, muchísimas personas en California, y aún a 3,000 millas de distancia aquí en Nueva York (y sin dudas, en todos los lugares de por medio), la celebraron. La misma hace realidad la promesa de los principios de esta democracia — que todos los seres somos iguales.
Este fallo fue posible en parte a los extraordinarios esfuerzos de muchas personas lesbianas, gay, bisexuales, transgéneros y heterosexuales que por décadas han educado al público. Fue posible porque tocaron puertas para cambiar los corazones y abrir las mentes de las personas, que a su vez permitieron que se derrumbaran las barreras legales que impedían el reconocimiento legal del amor y el compromiso de las parejas del mismo sexo.
Dos personas que se aman — que tienen una relación de confianza y compromiso el uno con el otro — merecen la dignidad, la seguridad y el apoyo que vienen con el matrimonio. Nada más, nada menos; los mismos derechos y responsabilidades, la misma dignidad y respeto que se les otorgan a las parejas heterosexuales.
Esta histórica decisión hace real en tiempos modernos lo que Eugenio María de Hostos, un educador y filósofo puertorriqueño, dijo hace más de un siglo, “que si iguales son los deberes, iguales tienen que ser los derechos”.
Desafortunadamente, hay esfuerzos para revertir esta decisión, con una propuesta enmienda discriminatoria que sería llevada a votación este mismo año. Sin importar el principio cardenal de la democracia que proteje los derechos de las minorías del abuso de la mayoría.
La campaña Igualdad para Todos — una amplia y diversa coalición de organizaciones de derechos civiles — trabaja para derrotar esta iniciativa.
Sin duda, la corte hizo su trabajo, aseguró que todos los californianos sean tratados justa y equitativamente ante la ley.
Hoy en California somos iguales ante la ley. Mañana, en todo el país.
Pedro Julio Serrano es coordinador de comunicaciones para el National Gay and Lesbian Task Force Action Fund.