Denuncian «epidemia» de violencia homofóbica y transfóbica…

collagePor Alex Figueroa | El Nuevo Día

El Comité Amplio para la Búsqueda de la Equidad (CABE) reclamaron a las autoridades esclarecer los crímenes de lo que catalogó como una «epidemia de violencia» homofóbica y transfóbica.

Los portavoces de la entidad aludieron a 10 asesinatos en 15 meses, incluyendo cinco en los últimos dos meses, de personas de la comunidad LGBTTIQ.

Destacaron que de todos esos asesinatos, solamente uno se ha esclarecido, resaltando que si se logró fue porque ocurrió en una cárcel donde el responsable está confinado.

«Es indignante como mujer de entidad trans tener que recurrir a una conferencia de prensa para denunciar todo esto cuando se supone que la justicia sea para todos», expresó Ivana Fred, portavoz de CABE, durante una rueda de prensa por Internet.

Agregó que para «los líderes que damos la cara para que se haga justicia esto es una falta de respeto, porque si los líderes no hablamos, el silencio prevalece. No me siento cómoda exponiendo esta situación, porque pongo mi vida en riesgo, pero si no lo hacemos, que pasará».

“Nos están cazando y nos están matando. No hay otra forma de ponerlo», afirmó.

Por su parte, el licenciado Osvaldo Burgos denunció que estos crímenes «no pueden quedarse en la impunidad. En la medida en que un asesinato no es investigado, los criminales piensan que se pueden quedar por la libre».

Por el miedo que genera esta situación, Natasha Alor dijo que como mujer transgénero lleva «en cuarentena» desde antes de que comenzara el «lockdown» por el coronavirus COVID-19.

«Es triste que haya gente que tenga que vivir con miedo de salir a la calle», manifestó Alor. «Estoy cansada de tener miedo… Llevo en cuarentena desde que mataron a Alexa».

Alor se refería a Alexa Negrón Luciano, de 28 años, quien fue asesinada el pasado 24 de febrero en Toa Alta.

De los casos en los pasados cinco meses, señalaron los asesinatos de Penélope Díaz Ramírez, de 31 años, quien ahorcada en la cárcel de hombres de Bayamón; y de Yampi Méndez Arocho, hombre de identidad transgénero de 19 años que fue asesinado en Moca el pasado 5 de marzo.

También aludieron al doble asesinato la semana pasada en Humacao de Layla Peláez Sánchez, de 21 años, y Serena Velázquez Ramos, de 32 años.

El Nuevo Día solicitó una reacción al Negociado de la Policía de Puerto Rico. Se espera que se pronuncie durante el día de hoy.

«Denunciamos la homofobia y la transfobia que ha creado una ola de violencia en contra de la comunidad LGBTTIQ en Puerto Rico como no se había visto en más de una década», manifestó Pedro Julio Serrano, también portavoz de CABE.

Según Carmen Vélez, profesora del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, el problema tiene una «raíz estructural».

«Aquí hay unas narrativas que está detrás de todo y es una retórica estigmatizante, llena de odio a la comunidad LGBTTIQ en Puerto Rico. Es continua y constante», expuso Vélez.

«Y en momentos de crisis en las sociedades, siempre los más vulnerables son los que la pagan», abundó.

Vélez dijo que esa situación no solo provoca que las autoridades no atiendan los casos como se debe, sino que además afecta la cooperación de ciudadanos con información que pueda ayudar a esclarecer los crímenes.

Pero, resaltó que esa impacto no es tanto ciudadanos que no quieran cooperar por prejuicio, sino más bien por temor de acercarse a la comunidad LGBTTIQ a acercarse a las autoridades.

«Todo empieza con el interés de las autoridades de querer esclarecer. Entiendo que si buscan, encuentran, sobretodo en las comunidades, porque la gente está asustada y estas personas (víctimas) no son desconocidas», expuso Vélez.

Abundó que «estos crímenes no ocurren en un vacío. Ocurren en una victimización que se va dando y se dan las quejas, pero no vemos en la Policía de Puerto Rico un aliado y a personas que se supone que nos defiendan. Detrás de ellos está el discurso homofóbico y fundamentalista de que nuestras comunidades valen menos, y de que alguna manera somos criminales también».

«Si ante las personas que vas a ir a hacer la investigación son de las comunidades, y si piensas que esas personas no valen ni su voz, pues tu no vas a ir como testigo, porque sabes que no le van a dar valor a lo que digas como a lo que digan otras personas», puntualizó.

A su vez, Burgos reclamaron que en las investigaciones no se proyecte el peso de la responsabilidad del crimen en las personas por el lugar donde estaban al momento que ocurrieron los hechos, mientras que Serrano y Fred lamentaron que en ocasiones la Policía deje en manos de la misma comunidad LGBTTIQ llevar a cabo la pesquisa, señalando, como ejemplo, el caso de Jorge Stephenson, provocando que se tengan que exponer públicamente.

«Existe un miedo a la Policía en la comunidad trans», dijo Alor, quien aludió a información obtenida por la organización Kilómetro Cero, en el sentido de que oficiales «han visto agresiones hacia ella y no ha intervenido. Hay miedo, porque si acudimos a ellos, no hacen nada, porque no nos ven como seres humanos. Vieron cómo golpearon a una persona trans y no intervinieron».

Entre los diez asesinatos señalados en los últimos diez meses, señalaron los de Emilio Colón, Javier Morales, Luis Díaz, Carlos Morales y el trapero Kevin Fred.

Serrano dijo que se dispone a someter una querella administrativa contra un policía para denunciar que le llamó para pedirle a personas de la comunidad LGBTTIQ a que no fueran al Monumento a Jíbaro en Salinas, donde han habido víctimas de asesinatos y agresiones, pese a supuestamente tener información sobre los responsables.

«Han ocurrido asesinatos en el Monumento al Jíbaro y la Policía no reportó que eran hombres gay y bisexuales que habían sido asesinados», dijo Serrano. «La estrategia fue cerrar el área de descanso y lo que sucedió en esa área se movió a otra área baldía en Salinas y allí se encontró el cuerpo de Carlos Morales, desnudo y con aparentes signos de violencia».

«La Policía, en vez de hacer su trabajo e investigar, porque tienen información, porque un agente me llamó para indicarme que tenía información de quiénes habían cometido esos crímenes y de cinco personas que sobrevivieron a ataques allí. Pudieron haber sido más muertes y la Policía no hizo nada para atrapar a estos criminales y asesinos», afirmó.

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