Conmigo sí que no…

12733586_10154041079699954_2252669581762442644_nMe duele. Y es algo que tenemos que confrontar.

Uno de los problemas más grandes que tiene la comunidad LGBTT es que, en ocasiones, avalamos las conductas homofóbicas.

Nos hacemos cómplices del discrimen, nos hacemos partícipes de la burla y el menosprecio, nos dejamos pisotear.

Uno de los ejemplos más claros: es el que usan algunos políticos. Dicen «yo tengo alguien cercano LGBTT» – un amigo, un familiar, un empleado – que no quiere el derecho al matrimonio, que no siente que ha sido discriminado, que dice que esos reclamos son complejos.

Que los activistas son unos exagera’os y están en contra del partido y la candidatura. Que buscan protagonismos. Que no me representan.

Si tuviera un centavo por cada vez que escucho estas excusas – que se repiten en las casas, los sitios públicos, los jangueos con los panas, los centros de trabajo, en todos lados – no tendría que trabajar.

La homofobia internalizada, a veces, puede más que la fuerza de la identidad.

Y ahí radica el reto. Tenemos que empoderar a nuestra gente para que digan ‘basta ya’. No voy a tolerar tu homofobia. No voy a reir tus gracias. No seré tu excusa para tu intolerancia.

Se trata de darnos a respetar, de asumir nuestra identidad y de decir ‘no más’. Hemos avanzado mucho para retroceder.

A los intentos de unos pocos de negarnos nuestros derechos, nuestra libertad, nuestra igualdad y nuestra dignidad – nuestra propia humanidad – tenemos que decir, sin titubeos, ni aspavientos: conmigo sí que no.

Conmigo no cuentes.

¡El abuso se acabó!

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s