Hace unos días, les invité a ver la película Manuela y Manuel como una muestra de apoyo al cine puertorriqueño, pero sobre todo porque tiene una temática relacionada directamente a nuestras comunidades lésbica, gay, bisexuales y transgénero. Visita la página web manuelaymanuel.com para que conozcas más de la película. Mientras te preparas para salir de tu casa o del trabajo para ir al cine a ver esta fabulosa película, te invito a que mires este ‘trailer’…
A continuación, reproduzco una reseña/entrevista que salió publicada hoy en El Nuevo Día sobre Manuela y Manuel… no esperes más, sal a tu cine más cercano y apoya al cine puertorriqueño…
La comedia ‘Manuela y Manuel’, que estrenó esta semana en Puerto Rico, es vivo ejemplo de que el buen cine es el resultado de un trabajo en equipo.
Por Juanma Fernández-París
No importa lo que diga Robert Rodríguez, director que llegó a la fama por ser la singular fuerza creativa tras ‘El Mariachi’, hacer cine es un trabajo colaborativo. Este credo lleva muchos años en vigor, desde que D.W. Griffith decidió concretar las responsabilidades del director y asignar un “jefe de departamento” a cada uno de los elementos clave que nutren la producción de un filme (arte, vestuario, maquillaje, fotografía, sonido, etc.).
Aunque la Teoría del Autor ha consagrado al director como el centro de adulación en las discusiones de teoría cinematográfica, el mejor cineasta no duda en admitir que su visión se convierte en realidad gracias al talento de un ejército de artistas que se comprometen a ejecutarla.
El ejemplo más reciente de esto en el panorama del cine local lo ha sido ‘Manuela y Manuel’, una divertida comedia liviana que estrenó esta semana en Puerto Rico. Aunque todos los dedos apuntan a José Ignacio Valenzuela, el guionista del filme, como el progenitor de una historia que fácilmente le arranca carcajadas a público de todas las edades, una amena conversación con los integrantes clave del equipo de producción revela algo más complejo. La colaboración le dio a este equipo de trabajo la unidad emocional de una familia que está muy orgullosa de su “bebé”.
Durante una charla exclusiva con LaREVISTA, Valenzuela, Raúl Marchand (director), Sonia Fritz (productora), Rafi Mercado (diseñador de producción), Humberto Busto (actor) y Elena Iguina (actriz) revelaron la dinámica de su colaboración cinematográfica y compartieron el efecto que esperan que su filme tenga dentro de la nueva ola de cine puertorriqueño.
El filme es una mezcla muy peculiar de elementos convencionales (una trama de comedia de enredos) y elementos modernos (la sensibilidad hacia la homosexualidad). ¿Cuán conscientes estaban de esto durante la filmación?
Humberto Busto – Esa fue una de las primeras cosas en que pensé cuando tuve el libreto en las manos. Porque si no había la posibilidad de explorar la trama con personajes complejos, la película corría el riesgo de parecerse a cosas que ya se han hecho antes. Aquí lo que estaba “padre” del libreto de Chascas (José Ignacio Valenzuela) es que era como una puerta de entrada para indagar mucho más hacia el interior de los personajes. Así, el personaje protagónico se hace único, irrepetible, y se puede convertir en un personaje entrañable para el público. Con eso se podía romper con cualquier tipo de molde y abrir otras posibilidades de lectura. Fue un proceso bien interesante y descubrir quién era Manuela fue parte de eso.
José Ignacio “Chascas” Valenzuela – Una de las cosas que le dio origen a la película fue la idea de darle una vuelta diferente a la tuerca (de este concepto). Siempre se han visto películas en las que el personaje principal se disfraza de otro, como ‘Sister Act’ o ‘Some Like It Hot’. La vuelta extra fue disfrazar a un hombre de mujer que luego tiene que hacer de hombre. Esas dos capas de disfraz es algo que no se ha hecho mucho, o que por lo menos yo no he visto. La máscara sobre la máscara me resultó algo interesante de explorar.
Rafi Mercado – Desde el principio decidimos que, aunque estuviéramos filmando en Puerto Rico una historia que sucede en los 2000, el filme iba a ser algo universal. También decidimos que íbamos a mezclar diferentes sentimientos en el mundo peculiar de Manuela, aunque todo el mundo se pueda identificar con él.
Raúl Marchand – Definitivamente ese fue el reto. La idea era hacer una película para Puerto Rico, pero nos tocó tratar de presentar algo que no se ha visto en mucho tiempo. Queríamos incluir un poquito de los elementos de ‘Romance en Puerto Rico’, pero que la historia fuera universal. Nunca quisimos que los personajes fueran caricaturas y el reto fue tomar personajes como la Faraona (un transexual interpretado por Marian Pabón) y ver el ser humano detrás de eso. Así que parte del objetivo fue presentar algo convencional que pudiera ser visto en nuestro propio lenguaje.
Chascas, mencionaste que escribiste a Manuela pensando en Humberto. ¿Por qué?
Chascas Valenzuela – Fíjate que esta película lleva como cinco años en mi vida, desde que la inventé hasta que la presenté al Fondo de la Corporación de Cine de Puerto Rico. Luego tuvo un productor, luego tuvo otro. (Se ríe). Ha sido una película dentro de una película. Pero si una cosa se mantuvo fiel es que quería a Humberto para el papel. Yo llevo trabajando con Humberto desde cuando yo vivía en México hace ocho años. Estuvimos juntos en una serie y luego en varios otros programas. El contacto creativo con él ha sido constante a través de los años. Quizás el darle este papel es una obsesión mía con travestirlo, porque en uno de los capítulos de las series también tuvo que disfrazarse de mujer. Y, aunque era completamente diferente a esto, la experiencia fue tan divertida que siempre se me quedó en la cabeza la imagen de Humberto haciendo de mujer.
Sonia Fritz – Y los productores nos encargamos de que fuera él.
Elena, no hay que estar en la situación de tu personaje para poder identificarse con ella. En tu preparación, ¿te limitaste al libreto o investigaste la situación de tu personaje?
Elena Iguina – Yo básicamente me enfoqué mucho más en la relación entre Manuela y Coca, porque esa era la tragedia y la comedia. Tenía que ser real para que el público pudiese relacionarse con ellos, reírse con ellos y de ellos y sentir con ellos. Cada actor tiene su propio método. En conversaciones con Humberto, con Chascas, con Rafi y con Raúl, ellos iban dándome la idea de qué era lo que ellos pensaban de Coca. Y el personaje terminó siendo un collage de esa creación en grupo.
Humberto Busto – Además, el otro es quien siempre te significa. Es imposible crear un personaje sólo con tus recursos. El otro es el que realmente te permite acabar de construir la ficción. Y es bien agradable trabajar con Elena, porque pudimos jugar desde el primer momento para que el personaje naciera.
En términos de la dirección de arte, ¿cómo enfrentaron el reto de no caer en caricaturas y clichés?
Rafi Mercado – Yo nunca vi a estos personajes como caricaturas. Yo no quería a un payaso (como protagonista). Eso se refleja en toda esta colaboración. Para mí Manuela era un ser humano que era un artista y un intérprete y da la casualidad que este arte lo hace por medio del draguismo. Pero también está la simetría de que su vida personal es un espectáculo. Y él es un artista que se expresa con todo lo que hace y por medio de eso el diseño fue llevado a otro nivel. Y eso se acentuó cuando Raúl se une al proyecto, porque todo el filme fue, capa tras capa, producto de todas nuestras colaboraciones.
¿Por qué se seleccionó a Raúl como director de la película?
Sonia Fritz – Porque nos encanta como director, porque sabemos que le gusta la comedia y que iba a responder a la película. El proyecto originalmente venía con otro director, pero cuando no estuvo disponible, Raúl, que estaba editando en Los Ángeles, aceptó el proyecto.
Raúl Marchand – Yo ya tenía un acuerdo con ustedes para editar la película y recuerdo que lo primero que le pregunté fue por qué no me la habían ofrecido para dirigirla.
Sonia Fritz – Cuando entró Raúl el proyecto cogió vuelo. La filmación fue súper eficiente y dio paso a la colaboración entre todo el equipo que ha logrado que el filme sea un éxito.
Rafi Mercado – Es importante mencionar que nosotros no trabajamos bajo la premisa de que “esta es mi posición y me limito a lo que hago”.
Chascas Valenzuela – Esta fue una producción cebolla. (Se ríen). Las capas formaron un todo.
Sonia Fritz – Y es multicultural, que es algo que se percibe en la película. Es una película puertorriqueña pero el guionista es chileno, el protagonista es mexicano, la productora es mexicana, el diseñador de producción es nuyorrican y el director es un boricua. Esa amplitud de espacios culturales se refleja en la película.
Raúl, parte del impacto de ‘12 horas’ es que fue algo completamente diferente al cine puertorriqueño tradicional. ¿Sientes esa presión cuando escoges un proyecto?
Rafi Mercado – Definitivamente. Cuando uno hace cine es importante tratar de plasmar algo nuevo que la audiencia no haya visto. Todo depende de la audiencia a la que se dirija el filme. Mi intención es que toque al público de nuestro país, el mercado latino, pero siempre estando consciente de su potencial universal. Aún así la intención fue tratar de hacer algo diferente y nuevo con el género.