Me conozco bien…

¡Qué bueno que me conozco bien!

Si no fuera por eso, me creería algunas de las cosas que la gente me escribe o me dice. Por ejemplo, a través de mi blog he publicado algunas de las cosas hermosas que la gente me escribe y no me las creo. Por lo menos, no se me suben a la cabeza.

Pero esas son fáciles… las difíciles cosas de manejar son las falsas y las que realmente no representan lo que eres, sino el reflejo de la persona que lo escribe.

Hace unos días recibí un mensaje por correo electrónico dee alguien que admiro, quiero y respeto muchísimo… diciéndome que no le enviara más mis blogs, pues no le producían cosas chéveres, que le daba verguenza ajena; específicamente el blog acerca de «El líder lleva el corazón en la mano». Para añadirle sal a la herida, me pidió que la sacara de la lista de PRparaTODOS. Cosa que hice inmediatamente, pues «a santo que no me quiere, con no rezarle tengo».

Me apenó mucho saber que luego de compartir tantos años en la lucha por los derechos de nuestras comunidades lésbica, gay, bisexual y transgénero (LGBT). Luego de esta persona conocer acerca de mi compromiso inquebrantable con nuestras comunidades LGBT. Luego de ser su amigo por tantos años. Luego de tanto, esta persona realmente no me conozca.

Algun@s podrán pensar que mi figureo público es cosa de ego, de llamar la atención. No los culpo, ese es el modelo que hemos visto. Sin embargo, el y la que me conoce bien, sabe que estoy en el frente de batalla y utilizo la exposición como el ‘media darling’ (según me llama mi hermano Andy Praschak) para el bienestar de nuestras comunidades LGBT. Utilizo ese sitial que he labrado para adelantar la lucha por nuestros derechos.

Que se trata en muchas ocasiones de mi, pues si… pero es que la única forma en que la gente comprende nuestras historias es cuando las hacemos personales y hacemos la conexión con el y la que escucha o el y la que nos ve. Al mismo tiempo, he sacrificado mi intimidad para que otr@s puedan vivir en libertad. Y no ha sido sacrificio, ha sido una entrega total por la causa. No hay sacrificio cuando uno es transparente y sigue los postulados del corazón.

Escribo todo esto porque me duele, me duele profundamente saber que todavía no sabemos separar la gente buena de la oportunista. Porque estamos inmersos en nuestros propios demonios internos.

Cuando me encuentre de frente a esta persona, que evidentemente no me conoce realmente, aún con todos los años que hemos compartido… le diré «Mucho gusto, mi nombre es Pedro Julio Serrano. Entiendo que nunca nos hemos conocido».

Yo me liberé, hace mucho tiempo. Decidí que tomaría las cosas de las personas como las ofrecieran. Tod@s somos buen@s… tenemos un corazón maravilloso. Usemóslo para el bien.

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