Cuando la vida te recuerda vivir…

Cuando la vida te recuerda…

que eres humano, que no eres eterno, que solo se vive una vez, que hay que arriesgarse, que el amor solo trasciende…

Desde que recibí mi últimatum: ‘o te cuidas o te atienes a las consecuencias’, he comenzado a ver la vida desde otra perspectiva. O mejor expresado, la vida se ha encargado de recordarme algunas cosas y presentarme otras nuevas.

En estos días he tomado una de las decisiones más trascendentales de mi vida, de la cual se enterarán en su momento oportuno. También, he decidido hacer una pausa en mi muy ajetreada vida para disfrutarla. Ahora camino por la ciudad, voy a cenar con amig@s, me voy a los thrift shops con un gran amigo, me siento a observar a la gente, duermo lo suficiente para disfrutar a plenitud el día, me detengo a escuchar lo que otr@s tienen que decir, doy una sonrisa siempre, respiro, me detengo, observo, siento.

La vida se encarga de acordarte aquellas cosas que realmente importan y dejar atrás aquellas que no merecen ni un segundo de tu tiempo. Te enseña a valorarte, a quererte, a sentirte. Te guía hacia tu destino, si estás dispuesto a seguir las señales.

La vida, si la vives, te puede dar muchas sorpresas.

Esta tarde me fui para el Parque Central de la Ciudad de Nueva York. Y después de caminarlo casi completo, encontré mi lugar perfecto. Es una montañita en donde puedo ver uno de los lagos, hay sombras creadas por los árboles y los animales corren como si ese pedazo de naturaleza les perteneciera (lo cual es cierto).

Allí me puse a escuchar música, tomar una siesta, tirar fotos, quitarme la camisa, coger sol, observar, escuchar… y de repente, escuché un sonido familiar y mi cuerpo comenzó a retumbar, a contonearse, a zandunguearse. A lo lejos se escuchaban los cueros, un grupo de boricuas entonaba una plena… Y los avisté y les tomé fotos desde lejos, pero quería acercarme.

Bajé la pequeña colina y caminé hacia ell@s. Me senté cerca en complicidad con mi puertorriqueñidad y me gocé ese ritmo que te sube por los pies. Observé calladamente como es@s boricuas añoraban la patria en sus voces, anhelaban respirar el aire patrio en sus suspiros, reafirmaban su identidad en el retumbar de su compás. Y me uní en complicidad, contoneándome, cantando, gozando, soñando.

Luego de grabar un cantito de su sabor con la cámara, bailar con doña Paquita y hasta cantar un poco, me fui bailando por dentro.

Y la vida se encargó de recordarme donde está mi corazón. En el tumulto de una ciudad que no se detiene, en la inmensidad del planeta, en medio de una jungla citadina… la patria me llama. Y la llevo en el alma.

Mi lucha está con mi patria, y dondquiera que esté, este borincano hará todo para lograr un Puerto Rico Para Tod@s. Puede ser que ahora tome un descanso en esta lucha, que no termina. Pero he estado, estoy y estaré siempre presente.

Lo único que ahora estoy dejando que la vida me recuerde vivir…

Un comentario sobre “Cuando la vida te recuerda vivir…

  1. Simplemente una cosa… me encanto… es como que acordarte de lo que eres en el momento mas inesperado y encontrar esa identidad que nos define… esta super lindo el escrito

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