Nuestro pueblo ama a sus hijos LGBTQ+…

Columna en El Nuevo Día

Los intentos de algunos politicos de llevarnos hacia atrás, de desarticular los derechos alcanzados por las personas LGBTQ+, no van a tener éxito.

Me tildarán de loco, pues ya aprobaron la ley que permite discriminar bajo la excusa de la libertad religiosa y hay otras medidas discriminatorias siendo consideradas por la legislatura.

La realidad es que aprobarán, temporeramente, sus proyectos de ley discriminatorios; pero iremos a los tribunales y a las urnas a cambiar esa realidad momentánea.

Eventualmente, volveremos a progresar, a reconocer derechos, a evolucionar.

De hecho, en lo que eso ocurre, tuvimos una reciente victoria cuando el tribunal federal en Puerto Rico reconoció el derecho de las personas no binarias a atemperar su certificado de nacimiento.

Y es que la historia no es lineal. Tiene sus altas y bajas, sus adelantos y atrasos.

Lo que no cambiará es el respeto que hemos ganado, el amor y la aceptación hacia las personas LGBTQ+ de parte de nuestro pueblo.

Nuestra gente reconoció, hace tiempo ya, que las personas LGBTQ+ somos sus vecinos, sus amigos, sus familiares. Nos aman, nos respetan, nos valoran. Eso no lo podrá cambiar ningún politico de paso.

Por eso, es que dentro de toda la confusión que puedan crear estos movimientos para echarnos hacia atrás, la comunidad LGBTQ+ nos hemos sentido respaldados por nuestro pueblo.

Cuando una sociedad decide reconocer la humanidad de sus semejantes, como iguales, no hay proyecto de ley que dé al traste con eso.

En esta temporada de orgullo LGBTQ+, en el que se celebran más de una veintena de eventos para celebrar quienes somos y a quienes amamos, se afianzan, una vez más, los valores del respeto, la solidaridad, el amor hacia el otro ser humano.

Esa es nuestra mejor y mayor identidad: ponernos en los zapatos del otro, acogerlos como familia, celebrarles, respetarles, amarles, sobre todas las cosas.

El pueblo puertorriqueño es solidario, amoroso, respetuoso de sus semejantes. No va a permitir que se violenten los derechos y mucho menos, la dignidad de la gente LGBTQ+.

Que lo sepan los políticos de turno empeñados en llevarnos al oscurantismo: no hay marcha atrás.

Este pueblo jamás dejará de amar a sus hijos, hijas e hijes que son LGBTQ+. Ese umbral ya se cruzó y el amor venció.

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