No estoy “podrido”…

No estoy “podrido”. Nunca lo he estado y nunca lo estaré.

Vivir con vih es meramente eso: VIVIR.

De hecho, apuesto lo que sea, que estoy más saludable que la mayoría de la gente que no vive con vih.

Me hago laboratorios —de todo tipo— cada tres meses. Visito a mi doctora trimestralmente.

Como bien, no fumo, no bebo alcohol, no uso drogas. Me ejercito. Duermo mis 6-8 horas diarias.

Más importante aún, soy INDETECTABLE por lo que NO transmito el virus —aún sin condón.

Así como lo lees: NO puedo transmitir el virus porque estoy en tratamiento, lo que permite que el nivel del vih en la sangre NO se pueda detectar. Por lo que NO hay carga viral suficiente para que se transmita.

En tiempos con tantos avances, desde el PrEP para prevenir el vih, el DoxyPEP para prevenir el sífilis, la clamidia y la gonorrea, donde una persona indetectable NO puede transmitir el vih; es inaceptable que se use término tan despectivo, estigmatizante y violento.

Es hora de educarnos, de promover el
respeto, de hacerse las pruebas. Es momento de hacer uso de los medicamentos que previenen el vih y las infecciones de transmisión sexual.

No es hora de promover estigmas o prejuicios. No es hora de demonizar y criminalizar a quienes VIVIMOS con vih.

El fin del vih está en nuestras manos, pero más importante aún — es hora de darle fin al estigma, al discrimen y al prejuicio.

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