
No estoy exento de recibir ataques homofóbicos en persona.
Hay quienes piensan que por ser figura pública, esas cosas no me pasan. Se equivocan.
Me pasan porque hay personas como Elizabeth Torres. Joanne Rodríguez Veve, Lisie Burgos, Thomas Rivera Schatz, César Vázquez y toda la trulla de Proyecto Indignidad y Buenas Nuevas que incitan —a diario— a la violencia en contra de la gente LGBTQ+ y en reiteradas ocasiones, específicamente, en mi contra.
Eso sin contar con los mensajes de odio y amenazantes que recibo —a diario— en las redes sociales.
Así pasó con Alexa y ya sabemos el terrible desenlace. Incitaron a la violencia, la acecharon, la cazaron, la ajusticiaron y la asesinaron.
Me niego a ser un mártir. Haré todo lo posible por evitarlo. Estoy tomando medidas para afianzar e incrementar mi seguridad. Mi paz no es negociable.
Yo me quiero muy vivo para seguir dando las luchas que hay que dar por nuestra gente y por nuestra patria.
Lo hago público porque —aunque las autoridades tienen conocimiento de estos ataques— quiero que quede para récord por si me pasara algo.
Quiero que la gente sepa que la retórica de odio y las acciones que incitan a la violencia de los fundamentalistas tienen consecuencias nefastas y en algunos casos, fatales.
Quiero que los fundamentalistas se hagan responsables de sus actos. Que sientan vergüenza. Que paren de hacerlo.
Tan reciente como esta semana tuve el cuarto incidente homofóbico —en seis meses— que afortunadamente ninguno llegó a mayores.
Algunas personas me dirán que es el precio a pagar por ser visible. Me niego a creerlo.
Es la consecuencia directa de la incitación al odio y la violencia en contra de la gente LGBTQ+ que hacen los fundamentalistas todos los días.
Si eso me pasa a mi —que de alguna forma tengo un privilegio de ser reconocido— imagínense a personas LGBTQ+ en posiciones más vulnerables.
La terrible consecuencia de esta retórica de odio es la que hemos visto —en su manifestación más extrema— en los asesinatos de personas LGBTQ+ que ya este año vamos por cinco.
Sería un mentiroso si expresara que no tengo miedo; pero no me amilanan. Seguiré luchando y resistiendo y siendo visible hasta el último suspiro de vida.
Que sepan que aquí hay una comunidad LGBTQ+ —junto a nuestros aliados, familiares y amigos— que vamos a defender nuestra existencia.
No nos pararán. No nos invisibilizarán. No nos silenciarán.
Esta lucha sigue —cueste lo que cueste— hasta lograr la equidad.
Puerto Rico es de todos, todos y todes. Punto. 🏳️🌈🇵🇷🏳️⚧️