¡VIVIR!

Hoy llegó el día que —por un tiempo— pensé que no sería posible.

Hoy cumplo 30 años de vivir con vih —lo que era una sentencia de muerte se convirtió en una esperanza de vida.

Hoy celebro tres décadas de amor, de lucha y de alegría.

En aquel entonces, saqué fuerzas para vivir a toda prisa, pues no sabía si mi vida acabaría pronto y quería que sirviera para algo.

Ahora, con los avances de la ciencia, no tan solo me es posible vivir con el virus, sino que al ser indetectable no puedo transmitirlo.

Tres décadas después —con mis canas y arrugas— pero con una sonrisa imborrable, puedo celebrar una vida plena.

Una vida al servicio de los demás, una vida con las más duras pruebas superadas, una vida que ha servido para algo.

En aquel entonces, me convencí de que un intruso virus diminuto no tenía más fuerzas que yo con alma, cuerpo, mente, corazón y espíritu para vencerlo.

Hoy puedo celebrar que he vencido —y que venceré, hasta que esa frase que me ha acompañado por 30 años que es “vivir con vih” se convierta simplemente en “vivir”…

¡VIVIR, VIVIR, VIVIR! 🫶🏽

Deja un comentario