Una revolución democrática…


Una revolución democrática

Pedro Julio Serrano
Activista de Derechos Humanos

Columnas
El Nuevo Día
13-Febrero-2007

Hasta donde recuerdo Puerto Rico es una democracia. Pero los representantes del pueblo electos por el voto democrático de sus ciudadanos parecen no entenderlo. Imponen el IVU; cobran dietas exorbitantes sin tributarlas; un solo legislador decide qué medidas verán la luz del día; paralizan el Gobierno y dejan sin sustento a miles de empleados públicos, afectando la economía por sus juegos tontos de poder; atienden los caprichos de los grandes intereses y deciden violar su mandato constitucional de legislar para garantizar la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos. Me pregunto dónde está la indignación de este pueblo ante semejante atropello a nuestra democracia. Dónde está la acción para demostrarles a estos representantes del pueblo quién es el que manda.

Tal vez sean las paredes de mármol lo que les enajena o las dietas. Tal vez los autos lujosos, ayudantes y choferes les impiden llegar hasta el pueblo y escuchar nuestras voces.

Afortunadamente existen dedicados ciudadanos que hacen el trabajo que deberían estar haciendo los legisladores. Sin recursos, con el corazón en la mano y con los más altos ideales de justicia e igualdad, miles de ciudadanos hacen la diferencia en la vida de los demás. Lo hacen, contra toda adversidad, porque han entendido su llamado, luchar por un Puerto Rico para todos.

Es tiempo de una revolución democrática de nuestro pueblo. Que dejemos a un lado la apatía que nos enajena y el conformismo que nos arropa. Que exijamos verdadera representación de los reclamos de este pueblo.

Tenemos una excelente oportunidad para empezar esta revolución democrática. Mañana miércoles, la Comisión Conjunta Permanente para la Revisión del Código Civil comenzará, por espacio de dos meses, vistas públicas para auscultar el sentir del pueblo sobre el borrador del Libro de Familia. En dicho borrador se reconocen derechos para las parejas del mismo sexo.

Qué tal si este pueblo se indigna ante tanto atropello por parte de sus representantes y asiste cada miércoles a las 11 de la mañana al Salón Luis Negrón López del Senado y da su apoyo a los miles de hermanos gays, lesbianas, bisexuales y transgéneros en su reclamo de derechos iguales.

Qué tal si le demostramos a esos representantes que el pueblo es el que manda.

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